Manos yucatecas

La cocina, como muchas otras profesiones, conlleva un constante aprendizaje que pareciera no acabar, es normal que se presenten limitantes o variables que nos sirvan de reto para poner a prueba nuestra constancia. En nuestro caso, no somos ni los primeros, ni los últimos en ofrecer una propuesta de cocina extranjera sin ser nativos, específicamente yucatecos cocinando comida japonesa, pero durante mucho tiempo fue una carga bastante pesada ser señalados por lo anterior.

En Japón hay muchos casos de japoneses que ofrecen comida mexicana, nuestro gran amigo Yamato tiene una taquería muy famosa llamada “Tacos 3 hermanos” que no le pide nada a las muchas taquerías de nuestro país, si caminando por las calles de Japón tuviéramos la posibilidad de ver estas estampas, no dudaríamos en probar esas opciones. Tristemente, en un principio eso no pasó con nuestra propuesta.

La desconfianza por no ser japoneses no le daba valor a nuestra cocina, era muy duro escuchar los comentarios de decepción de algunos clientes que no se animaban a darnos una oportunidad por ser yucatecos, podemos entender en parte sus razones y respetar eso, sin embargo, era mejor que se juzgue nuestra sazón antes que nuestra nacionalidad.

Durante estos años nos hemos exigido mucho en nuestra formación como cocineros para lograr superar este reto y puedo decir que gracias a nuestra dedicación, ahora contamos con un menú que evoca esos sabores que tanto amamos.

El camino a la calidad no tiene fin y somos conscientes que aún nos falta mucho por aprender. Muchas gracias a todos nuestros clientes de años por creer en nosotros, por su paciencia y apoyo.

Labor social

Con frecuencia muchos de nuestros nuevos clientes hacen preguntas sobre el concepto de Tama, los platillos y nuestra historia. De todas las preguntas que nos hacen, una sobre sale en particular, a veces sonando como una afirmación.

¿La comida japonesa no es lo mismo que la comida china?

Lo primero que viene a mi mente es cómo se tomaría un japonés o chino el escuchar esto. No se trata de ofenderse o molestarse por lo anterior, ya que en cierto sentido estos dos países comparten un vínculo gastronómico ancestral. Por ejemplo, platos como las gyozas, la técnica del karaage, los panes al vapor, el ramen, el arroz frito, entre otros muchos platillos tienen raíces chinas que en algún punto se robaron el corazón/estomago de los japoneses y se decidió por realizar sus propias versiones.

Esto no debe llevarnos a generalizar, ya que si bien tienen un lazo entre cocinas no es correcto hablar a la ligera. Nosotros tomamos ese momento como una oportunidad para explicar de manera superficial la importancia de “estos detalles”. La mayoría de nuestros comensales toman nota, otros simplemente nos ignoran, sin embargo, esta tarea es una labor social que tenemos fuera de la cocina, somos conscientes que nuestros clientes no tienen que ser conocedores de estos temas para visitarnos, al contrario, nosotros estamos ahí para poder aclarar sus dudas con una respuesta sincera y objetiva.

Otro factor que orienta a estos comentarios es definitivamente la información que la sociedad nos arroja sobre estos temas, además que históricamente la migración china ha sido la más grande en México y muchas veces puede causar confusión. Cuando nos encontrábamos en el centro de la ciudad, era normal que al pasar frente a nuestro antiguo local escucháramos a niños (y hasta adultos) decir: “mira, comida china”, cuando en ese momento teníamos un letrero que decía claramente “comida japonesa”; independientemente de si la persona sabe leer o no, es importante romper con la visión de que un local decorado de manera oriental, no necesariamente tiene que ser chino. Hay que saber darle a cada país su respectivo lugar, siempre pensando que aunque hay influencias en estos momentos de fuerte globalización, las culturas no son las mismas.